Buenas noches, no se como introducir esta canción al igual que había hecho hasta ahora con las demás, simplemente diré que he apostad por esta como la primera que voy a postear de Extremoduro porque siempre tenemos que toparnos con la realidad, y el topazo duele más o menos, depende lo rápido que hayas ido en la carrerilla.
Siempre esperamos escapar de lo real, llegando a perder el tiempo, por esperar el momento en el que la situación cambie, pero ¿y si ese momento no llega? ¿Me tiro cien años envejeciendo de andar perdido? Uno se lleva varias hostias en la vida, en las que se da cuenta que se tiene que parar en ese camino y rebuscar, en la memoria, el rincón donde se pierde la razón. El problema está en que yo "la encuentro donde se me perdió, cuando" me dijeron que no. Quiero conseguir lo que me propongo, seguir andando por mi camino y, si es necesario, rodear el muro para no toparme aunque tenga que dejar de ser yo, volverme duro como una roca, por querer acercarme a lo que hay al otro lado del muro. Durante esa andadura, posiblemente, puedo ponerme egoísta, no dar nada a nadie, pese a que no haya nada que dar, ni aunque sea la parte que me toca - me he dado cuenta que el ser así, no mirar por los demás en algunos momentos, ayuda a conseguir lo que te propones, y me propongo la felicidad -, pero no pararé. [Ahora es cuando viene el verso que resume todo y al cual no le falta razón (lo voy a poner tal cual)] Desde hace un tiempo yo voy "buscando mi destino, viviendo en diferido sin ser, ni oír, ni dar y, a cobro revertido, quisiera hablar contigo y, así, sintonizar"; queriendo vivir sin preocupaciones, con tranquilidad, sin presión, ni problemas, con estabilidad emocional, en definitiva.
Ahora estoy parado en un cruce con tres flechas: a la izquierda hacia "la vereda de la puerta de atrás"; recto para la "Calle Esperanza s/n"; o hacia la derecha, dirección "el camino de las utopías". Ya veré por cual me encamino.
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