lunes, 30 de junio de 2014

Molinos de viento - Mägo de Oz

Hoy vuelvo a mis principios, al primer grupo que escuché y del que me aprendí cada una de sus canciones, las cuales me transmiten, aun hoy, pese a que no lo escuche tan a menudo, felicidad, ganas de vivir, formas de pensar... Mägo de Oz hace de un bajo, dos guitarras, una batería, y lo mejor, flautas y violines, música que cala y además con filosofía de vida, como enseña "Molinos de viento".

Al igual que comenté en el post de "Nana de quebranto", yo soy muy cabezota, pero más me encabezono cuando alguien no quiere ver lo que se ve a desde veinte mil kilómetros de distancia, lo que, como dice Dani Rovira, "se ve de venir. (...) A mi nunca me han dado un pollazo en la cara porque lo veo de venir; y si a ti te lo han dado es porque no lo has visto o no te ha importado que te lo den"; me revientan los que no ven más allá de su nariz; los que son capaces de definir el amor; los que su opinión se basa en un "sí" o un "no"; los que todo lo ven blanco o negro, no ven un gris, ni un matiz dentro del gris. Por otra parte, es cierto que soy muy fantasioso, por eso a veces necesito que me paren y que me digan que el camino, por corto y amanoso que sea, se hace con los pies, no con las películas que me monte en la cabeza, aunque si no es así, no sería yo y dejaría de dejarme, valga la redundancia, llevar por mi corazón, por mi manera de pensar, oír a una flor reír, arrancar mi vida de un guión predeterminado, sentir al despertar que ese sueño es la realidad, bailar, gritar con el alma, sentir que el viento ha sido hecho para mi, pues de mi vida soy, amigos, el único actor.





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