He de decir que esta cancion, en los momentos en los que me he podido sentir desansiado, vacio, sin tener ganas de probar sabores de dias nuevos, en el que cualquier compañia que yo mismo buscaba me era un incordio, no me llenaba, ni nada de lo que hacia me satisfacia, me daba un empujoncito, como si notara el carro detras de mi dandome en las piernas para caer sobre el, dejando de tirar yo y haciendolo los dias, dejando el tiempo fluir.
Tengo hambre, hambre de comerme la vida, buscar aire fresco. Vivir. Disfrutar al maximo de todo porque a cada uno de nosotros nos llega el momento en el que viene la esqueletica mujer, guadaña en mano. No quiero decir con ello que me este muriendo, pero ya lo decia Manrique, que la vida son los rios que van a parar al mar, nacemos, crecemos y disfrutamos de ello y morimos un repentino dia.
Por tanto, hay que subirse a este carro de la vida, del que empujan los años y tiran los dias, jugando nuestras cartas mientras no acabe la partida, esquivando golpes bajos, con la experiencia de las cicatrices que ya llevamos y las cuales, algunos, volvemos a buscar y a herirnos y guardamos el doloroso recuerdo. (Yo soy asi de masoca, de los de sacar una sonrisa aunque me cueste un mal trago.) Comer del cielo, beber de charcos, guardar cuerpos ajenos en la retina, andar con fuerza por el camino, contando con lo bueno y lo malo que tienen los palos que nos dan. Y si este carro se rompe, no hay nada mejor que tener a alguien a tu lado por si hay alguna averia, un apoyo en el que puedas confiar cualquier cosa, que te de fe para creer cuando no crees y fuerza en momentos de flaqueza.
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