Ha llegado el punto en el que no puedes más y explotas, dejando todo atrás y empezando de cero, queriendo salir de un agujero donde la única opción es vivir en el subsuelo. Quiero salir, corriendo, encontrando veneno para mis miedos, y sobrevivir.
Me canso de estar pendiente de la gente, de ser el que saluda por la calle, el que tira del carro a la espera de no tirar la próxima vez y, sin embargo, vuelvo a tirar.
Asqueado de la gente que se mueve por mero interés, de los que por cercanos que sean no te hacen el favor a ti cuando te es necesario.
Hasta los cojones de la falsedad de la gente, de que te dibujan sonrisas, y se la pintan ellos en tu presencia y en cuanto te giras de despedazan como si de buitres se tratara.
Harto de que me pongan limites cuando sale de mi mismo el ir a conerme el mundo. Me plantan una valla como si quisiera pasar a Melilla y fuera a morir en el intento.
Decepcionado, vacío, cansado. A la espera de que la suerte me favorezca, de que me den en el gusto, de que me faciliten la vida un poco, no hablo de que me lo den hecho, pero que no me metan en una jaula de hormigón en la que no puedo ni darme la vuelta.
Yo solo quiero salir, salir corriendo, negarme a ser presa de depredadores, ni servirles de alimento, dejar el tiempo pasar y buscarme mis oportunidades que me quedan por vivir, que me den en el gusto alguna vez, y no me refiero a un "si, vale", sino a un "toma, esto es lo que querías, ¿no?", no tiene ni porque ser material con que me emocione me conformaría, que tiren de mi de vez en cuando, de mi carro, al menos cuando yo no pueda; hacer que los buitres sean jilgueros con los que cantar.
Pero claro, lejos de los planes de la gente cuesta trabajo hasta respirar y a día de hoy el altruismo, en un simple nivel como lo practico yo, lo justito, no lo practica nadie.
Buenos días, creo.
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