Por mal que cante, a quién le canto si no estás. Apareciste desde atrás, ya habías aparecido. Tus pisadas no se borraban de mi puerta. Decidí que fueras el adoquín con el que tropezar, que removieras este vertedero que quedaba de mi.
Se que no te irás jamás, tengo mucho que agradecerte en este giro de 180º. He vuelto a ser un payaso que ríe en un circo que dejo de funcionar. Soy feliz. Y me da igual que no vuelvan las golondrinas a este dibujo que soy, donde siempre es primavera, en sus nidos guardé los versos que no se escribir. He vuelto al papel como un velero en una bañera, como un bucanero viejo que encuentra ron en tus venas. Y es que cada día me sorprendes con el modo con el que mi locura tiene una ubicación en tu cuerpo.
Soy feliz, sin llaves me has abierto el pecho, solo bastó tu sonrisa.
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