sábado, 7 de marzo de 2015

Historia de una noche cualquiera - Gritando en Silencio

Os cuento una historia de una noche cualquiera.
De repente me veo entre la espada en la pared, con la espalda pegada al colchón, desvelado, con el móvil en la mano. Sin otra ocupación que pensar en una canción que me llame la atención para escribir un rato. Suena fácil, al menos hasta que me abordas la cabeza. No se si escribir para engañarme y rechazarte hasta que vuelva a despertar, o comerme la cabeza para saber qué hago contigo.
Comienzo el reto de los que solos se marchitan, me meto a las notas y me pego dinamita al cuerpo, a ver qué me sale. Escribo, te pienso, te quiero o no. Reflexiono que aprendí de la calle y del desconsuelo que la vida es hija de puta con los que van mirando al suelo, pero es que si levanto la cabeza te veo y no se si quiero verte, aunque me sienta totalmente en una nube. Ojalá todo fuera distinto y lo singular fuera primario, no tenerle miedo a casi nada, ni a la muerte, tan solo miedo a quererte.
Empieza a darme sueño, a creer que esto solo lo evito envenenando a mi cerebro. Pienso que lo que me pasa, este quiero y no puedo, no me dejas poder, no es normal, sin embargo, normales hay a patadas, aquellos que no entienden de las heridas del corazón, heridas del rock and roll, heridas de una noche cualquiera.
Conclusión: Si para ser feliz el pensar sale tan caro, prefiero quedarme así y que me llamen "bicho raro".


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