Todos tenemos una musa, un algo que creemos inalcanzable, un momento especifico que poder compartir. Se trata, en mi caso, de la toma de contacto con personas que no esperabas tener tan cerca, por ejemplo, un amor de verano que no llegaba nunca, tratar a gente que te gustaria haber conocido antes, tomarte una cerveza con aquel chico o con esa chica, a la cual llamare Marea, para darle un homenaje.
Marea, en cuestion de un verano, ha dejado el corazon bajo su cama, salio volando, ondeando el vuelo de su falda, quedando tan sola que me fui con ella para tener la oportunidad de hablar, ambos lo necesitabamos, hasta el punto de mostrarme lo que se desata tras su cara. Quien me diria que al final, este intento de poeta, que necesita a todos cuando va caer, iba a tenerla tan cerca, que iba a borrar fronteras, barreras, con los pies, a abrir los ojos de nuevo despues de tanto tiempo sin querer saber nada de sensaciones jodidamente familiares, que me hicieron pasar tragos amargos, volviendo a conocer rostro que me miraba cada instante desde el espejo.
Gracias, Marea.
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